La Muerte

La Muerte… Carta de finales e inicios. Decidí escribir sobre ella justo después de haber escrito sobre El Loco ya que este par de cartas están muy relacionadas entre sí. También porque era muy predecible escribir sobre El Mago.

Pero bien, relacionar cómo El Loco con La Muerte? Por ejemplo, vemos la rosa blanca nuevamente a la derecha, ahí está el símbolo del deseo purificado. La posición del esqueleto nos recuerda de alguna extraña manera a la posición corporal del Loco, pero invertido. En vez de equipaje, éste tiene una guadaña, con la que pareciera estar cuidando el jardín en el que está parado. Si la guadaña es de hierro, hay entonces una correlación con el planeta Marte. De hecho, a esta carta la rige escorpio, quien a su vez tiene como regentes Plutón (los finales) y Marte (la guerra). Recuerdan el águila de la carta del Loco? Pues bien. Ahí está otra relación entre ellas, una a nivel astrológico y psicológico. El equipaje que lleva El loco es adquirido en los procesos de Vida-Muerte-Vida. Ambas son cartas de inicios: el loco por excelencia, pero la muerte por consecuencia. Verán que todo final implica un comienzo. La temporalidad de esta carta es una temporalidad intermedia: ni es dia, ni es noche. Tanto puede estar amaneciendo como anocheciendo. Según Paul Foster Case, es un amanecer en vez de un anochecer, subrayando el significado transformador de la muerte y su estrecha relación con la vida.

La cabeza de mujer significa entendimiento y la de hombre, sabiduría (tiene relación con el árbol de la vida de la Kabbalah, con Binah y Chokmah) . Las palmas de las manos mirando hacia nosotros, la total entrega a la fuerza de la Vida-Muerte-Vida, el rendirse. La mano hacia abajo, de contacto con la tierra, el pie, de la Vida-Muerte-Vida como camino inherente a los procesos de transformación. En alquimia, cuando se está trabajando la Gran Obra, hay una etapa fundamental de muerte y purificación: esta se da por la putrefacción, putrefactio. En el sentido iniciático esta carta corresponde a esa función.

La letra hebrea correspondiente a esta clave en la tradición ocultista es NUN. Traduce pez. Significa crecimiento, semilla: todo lo que muere sirve de abono para lo que viene. En sentido esotérico, esta carta simboliza un cambio profundo. Dicho cambio es efecto de la iniciación en los misterios, la muerte de la personalidad en beneficio del verdadero ser, de la autenticidad.

En el Tarot de Marsella, el arcano XIII, no tiene nombre.

Arcano sin nombre, posteriormente nombrado como La Muerte – Tarot de Marsella

En este tarot específicamente los colores son de extrema importancia. El color carne indica lo humano, el azul, aspectos femeninos: la noche, el secreto -lo inconsciente- el ánima. El rojo, color de la sangre, significa la voluntad y la fuerza interna de cambio, una de las manifestaciones del ánimus. El amarillo, normalmente le hace guiño a lo consciente, al sol, al intelecto. Las partes del cuerpo también son importantes a la hora de interpretar una carta: las rodillas por lo general tienen relación con el ego pues al doblarse significan sumisión. En esta carta está destacada con rojo una de ellas. La columna tiene azul con rojo y la guadaña, los tres colores.

La muerte en el tarot Rider Waite

En el tarot Rider Waite, el esqueleto tiene una armadura, está cabalgando un caballo blanco y los unicos que la miran a los ojos son el sacerdote y el niño, el primero por su estrecha relación con lo divino y el segundo por su inocencia. La Muerte está desarmada y sin embargo reyes caen ante ella. El sol naciente vuelve a aparecer tras un par de torres vigilantes muy similares a las de la carta La Luna y el escenario es de agua, símbolo de las emociones, la memoria universal, el subconsciente. Lleva una bandera con una rosa de cinco pétalos, simbolo rosa-cruz, la Rosa Mística, símbolo de vida y realización plena haciendo nuevamente énfasis en esta carta más como un recordatorio de la Vida-Muerte-Vida que propiamente de la muerte como final y punto.

Hay que recordar que este arcano viene después del Ahorcado (XII) que nos señala la capacidad de ver las cosas desde otro punto de vista. Haciendo eso es que podemos dejar morir y renovarnos.

Se conectan con esta carta La Luna, por las torres de vigilancia. El ahorcado, por predescención. La Templanza, por sucesión. La Estrella, por tzadi, su letra hebrea, que significa anzuelo, y por su significado de amanecer.

Recomiendo el cuento de la mujer esqueleto en el libro «Mujeres que corren con los lobos» pues se relaciona mucho con esta carta, con La Luna y con La Estrella.

Cierro este post resaltando a La Muerte como requisito de toda renovación y como presencia fundamental para vivir la vida en todo su potencial. Memento mori. Hasta la próxima.

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