Fragil Fuerte
Minimal bathroom
El cielo es impecablemente blanco.
En el cielo viven los felinos-gato, de Valeria.
Son azules color nube.
Y están en el cielo como en las nubes, como flotando… Como cayendo.
Los cuida una cabeza de tigre; tierna y alerta con ojo azul como su cuerpo, y los mira como si fuera el Tigre Padre, de los gaticos que juegan en el cielo blanco e impecable de Valeria Montana.
Es absolutamente necesario manejar con dominio técnicas personales y no fáciles, para lograr plásticamente este resultado que vive entre lo lúdico de su imaginación y una realización laboriosa, exigente, ardua; pero en su mano, técnicas exquisitamente controladas.
Porque en ese cielo, habita una dura madera aglomerada- así está construido-curada y sometida a blancos policarbonatos de blancura inmaculada. Esa superficie sobre la que aplica una impecable línea de dibujante astuta: dotada, y habilidosa con que traza los cuerpos y el gesto de las caras de sus mininos… ojos alertas, ojos tiernos y asombrados.
Y también están los ojos grandes del tigre bueno, mitad animal y mitad juguete…pero ante todo obra. Sólo que los visos de su piel y la felpa del cuerpo de sus gatos, los visos que la luz da en sus pelajes, los logra con mínimos fragmentos de duro vidrio templado: cientos de ellos, adheridos al azul acrílico industrial de intensidad diversa.
Color de intensidad de luna, o color de intensidad de alba.
En estas líneas sólo he hecho la descripción como un espectador gratamente asombrado que esculcó el secreto de su oficio, pero que siente, que esta es una exposición de una artista Alfa… la reina de su manada.
Valeria conserva una lúdica particular y con esta exposición, ha encontrado un nicho propio en el panorama de los que llegan, y no siempre sorprendentes, nuevos nombres del arte colombiano.
Al entrar en su exposición (en la Galería Cero) uno se queda con los ojos muy abiertos, tanto como los de sus pequeños gatos que desde el cielo van cayendo.
Y caen en todas las formas y posturas, con todas – sus siete vidas plásticas – contagiando su emoción, mientras van cayendo y jugando en sus cielos blancos.
Y si esto lo subrayo, es sólo porque la tensión de la exposición – incluso como pintura con mucho de performance – lo logra en toda la muestra.
De su manada de tigres y gatos, reitero, Valeria Montana es una artista Alfa que nos recuerda que el arte tiene mucho de juego.
FAUSTO PANESSO
Febrero 2013